La Dirección General del Bellas Artes del Ministerio de Cultura y el equipo científico encargado de los estudios de conservación de la Cueva de Altamira enviarán una carta de respuesta a la Unesco ante las duras críticas el Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense remitió el pasado diciembre ante este oganismo por la gestión de la cueva, en la que asegura que «que el nuevo Programa del Ministerio de Cultura, un plan a la carta que incluye la apertura a los visitantes, plantea cuestiones importantes de la conservación y pone en peligro un legado frágil de suma importancia para la comprensión de la sociedad paleolítica».
La misiva, que está firmada por 17 profesores, cuenta con el apoyo del Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cuyo departamento, entre otras competencias, se encargó durante años del control de la cavidad.
La cartera dirigida por José Ignacio Wert no comparte ninguna de las críticas vertidas en el duro informe en el que han participado algunos de los miembros del CSIC, que trabajaron coordinados por los expertos en arte parietal, Sergio Sánchez-Moral y Cesáreo Saiz-Jiménez, en el estudio de la cueva entre 1996 y 2012, quienes abogaron en todo momento por mantener la cavidad cerrada.
En este primer año 250 personas han tenido la posibilidad de acceder a la cueva mediante sorteo. Cada viernes se ha repetido el protocolo: cinco de los personas que esa jornada visitaban el Museo de Altamira podían aspirar a la experiencia única de visitar la cueva mediante un sorteo. Un estímulo que se ha traducido también en efecto llamada. El balance anual de la última temporada certificó el incremento de visitantes al complejo del Museo Nacional y Centro de investigación ubicado en Santillana.