El genoma de un hombre que murió en Etiopía hace 4.500 años reconstruye un capítulo olvidado de la historia y demuestra que los africanos sí tienen ADN neandertal.
El cadáver estaba enterrado en una cueva de las tierras altas de Etiopía, con la cara boca abajo, acurrucado y con las manos juntas bajo la cabeza. Posiblemente le hubieran atado. De todos los rincones de África, este era el más adecuado para conseguir algo que parecía imposible: extraer ADN antiguo en el continente donde los humanos se hicieron humanos. Hasta hace poco este tipo de hazañas científicas que reconstruyen al detalle la historia de nuestra especie solo habían sido posibles allí donde el frío intenso preserva el ADN durante milenios. Pero Etiopía es diferente, porque gran parte del país es una enorme meseta a más de 2.000 metros y no es raro que haya temperaturas bajo cero. Tras hallar el cadáver de aquel hombre en 2011, un equipo de científicos, entre ellos un español, anuncia hoy que han secuenciado todo su ADN, obteniendo así el primer genoma antiguo de un africano.
Los restos indican que este hombre hallado en la cueva de Mota, al sur de Etiopía, vivió hace 4.500 años. Medía 1,58 centímetros y pesaba 55 kilos. Pero lo más importante es que data de una época anterior a un misterioso éxodo humano desde Oriente Medio hasta el Cuerno de África del que apenas se supo hace un año. Esto ha permitido usar su ADN como referencia para compararlo con el de poblaciones africanas actuales.
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