Reto 23: El Panteón del inglés

Reto 23: El Panteón del inglés

Se denomina Pantéon pero no contiene restos humanos. Se apellida del Inglés pero su construcción, finalizada en 1892, fue encargada por José Jackson Veyán. Entonces, ¿porqué “Panteón del Inglés”?

Esta curiosa construcción, que se puede admirar en la costa norte del municipio de Santander, esconde una historia de amistad entre dos amigos, dos tierras, dos países, España e Inglaterra, cuya relación ha sido estrecha durante siglos.

Se acaban de cumplir 125 años del suceso que desencadenó su edificación. Resulta que en 1889 William Rowland, como en años anteriores, se encontraba visitando en Santander a su buen amigo José Jackson Veyán. Así un día de septiembre de dicho año se encontraban ambos dando un paseo a caballo por las maravillosas praderas de Cueto, muy cerca de los acantilados que son batidos por el bravo Cantábrico. Lo que sucedió a continuación nos lo cuenta el propio José Jackson Veyán en su libro “Breves Apuntes”:

“Mi estimado amigo de la infancia, William Rowland, nieto del famoso profesor inglés Sir Robert Rowland Hill, coterráneo y gran amigo, éste, de mi abuelo paterno, era uno de mis más asiduos visitantes durante los meses de estío e incluso en el otoño. Lamentablemente, en septiembre de 1889, cuando Rowland y yo cabalgábamos tranquilamente cerca del acantilado, mientras el mar, con mayor furia que de costumbre rompía con estruendo sobre las rocas, el caballo que montaba mi amigo se asustó de tal forma que le derribó. A consecuencia de la fuerte caída sufrió un duro golpe en la cabeza, con rotura craneana, que le produjo la muerte instantánea. En tanto el caballo, por su propio peso, rodaba despeñándose contra las rocas. A petición de la familia, ocupándome de todo y en resistente caja mortuoria, el cadáver de Rowland fue trasladado prontamente a Inglaterra».

Actualmente en su interior existe una placa de 1994 en donde se puede leer lo siguiente:

“Esta edificación fue encargada por D. José Jackson Veyan, jefe de las instalaciones telegráficas del semáforo de Cueto desde 1877 a 1909 y famoso autor teatral de la época.

El motivo fue honrar la memoria de su amigo Willian Rowland fallecido en septiembre de 1889 al caer de su caballo en este mismo lugar cuando ambos cabalgaban juntos.

Fue construido en 1892 por el maestro cantero Serafín Llama y restaurado por la Escuela Taller de Santander en 1994, siendo alcalde de la ciudad, Manuel Huerta.”