Las penurias presupuestarias parecen tocar a su fin. Incluso en Cultura, donde Hacienda aplica la tijera del recorte con menos miramientos, crecerá el presupuesto en 2015 (749, 09 millones) un 4,3% respecto al pasado. La alegría, sin embargo, no será universal. Algunas áreas experimentan nuevos retrocesos, que sumados a los años precedentes, les dejan tiritando. Las maltrechas bibliotecas públicas pierden otro 1,2% del presupuesto, los archivos (poco glamurosos pero vitales para la investigación) retroceden otro 5,32% y la protección del patrimonio histórico en un país que es una potencia (es el tercero del mundo con más lugares protegidos por la Unesco) tendrá un 6,67% menos, una bajada semejante a la que experimentan los fondos destinados a la conservación y restauración de bienes culturales.
También pierde el teatro: un 8,3%. Pero como el año pasado había sido la estrella de los presupuestos, la única partida que había experimentado un refuerzo económico notable (de 37,7 millones en 2013 pasó a 58 en 2014), su evolución en los últimos tres años es relativamente satisfactoria en un contexto general depresivo. Lo que pierde el teatro lo gana el cine. Por una vez hay un guiño al precario sector español. El Fondo de Protección a la Cinematografía aumenta un 8,5% (de 33,7 millones a 36,58 en 2015). En general, el capítulo del cine crece un 5%.
En la zona de luz de las alegrías se ubican también la música y danza (los fondos del INAEM mejoran un 4,4%) y los museos (suben un 8,13%). Las instituciones singulares, verdaderos puntales de referencia en la cultura española, también reciben buenas noticias con la excepción de la Biblioteca Nacional, que pese a sus serios problemas para llegar a fin de mes (la asfixia financiera les pone en tales aprietos que les cuesta pagar sus facturas corrientes) siguen con un presupuesto exiguo y en leve retroceso (0,4% menos). El Prado y el Reina Sofía, por el contrario, tienen algo que celebrar: sus presupuestos crecen un 8,2% y un 7,4%, respectivamente. Y hay también un aumento espectacular en la transferencia del Estado “en concepto de déficit dotable” a la Fundación Thyssen Bornemisza, que aumenta en un 138,4% hasta los 5.336,26 millones en 2015.
Sufrirán más estrecheces en 2015 pequeños museos como el Lázaro Galdiano, que pierde el 45% del dinero de Cultura, el Patio Herreriano y el MARCO de Vigo, que caen un 28% cada uno. El MNAC y el IVAM reciben las mismas transferencias del Estado que en 2014. También el Teatro Real, la Real Academia Española, la Real Academia de Historia y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando mantienen los mismos fondos aportados por el Gobierno en 2014. La RAH tendrá igualmente su tradicional partida para el Diccionario Biográfico Español (84.920 euros), a pesar de que nada se sabe de las correcciones que deberían incorporar en las entradas faltas de rigor científico como la de Franco y otros.
Y no deja de llamar la atención que, por segundo año consecutivo, retroceden los fondos públicos para combatir la piratería. Las ayudas a la inversión para que las industrias aumenten la oferta legal de contenidos digitales culturales en Internet retroceden un 10,75%. Se incorpora, por vez primera, una modesta partida para ayudar a la modernización de las librerías (150.000 euros) y se incrementan las ayudas a comunidades y ayuntamientos para organizar festivales de música y cine, una gran alegría para las corporaciones locales en pleno año electoral. Cultura, además, destinará 1,5 millones para el proyecto de San Sebastián 2016.
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