Es más cómodo y económico guardar y buscar información en el mundo digital; la formación online gana terreno con aliados como la circulación virtual de datos y la nueva generación de estudiantes, nativos de La Red, comienzan a ver el libro como un objeto de anticuario. Todo suma y lo cierto es que la transición del papel a la pantalla de cualquier naturaleza, sea de ordenador, móvil o tableta, parece acelerarse. Aunque encuentra sus baches.
«No avanzamos todo lo rápido que nos gustaría por culpa de la crisis, pero no lo estamos haciendo mal pese a las dificultades», remarca el coordinador de la formación y promoción de la Biblioteca de la Universidad de Cantabria (BUC) Javier Martínez. «La digitalización se impone en contenidos y servicios. Los medios impresos se están convirtiendo gradualmente en digitales. Ya alcanzamos un porcentaje muy amplio en libros electrónicos y casi el 100% de las revistas científicas que recibimos son electrónicas», explica el responsable de la biblioteca.
El problema llega cuando los recursos económicos no son suficientes para mantener el ritmo de suscripciones a muchas de esas revistas, aunque sea en formato digital, o para la compra de manuales y otros textos. «También hemos tenido que interrumpir algunos procesos de digitalización de colecciones que habíamos puesto en marcha, pero son tiempos difíciles, tenemos que entenderlo», comenta Martínez.
Salvar las dificultades
Pese a los escollos, las nuevas iniciativas como el portal ‘Único’, para la búsqueda integral de textos e investigaciones, o la interfaz ‘UCrea’, que aglutina toda la producción científica del campus, vertebran la estrategia de expansión digital de la institución que alcanza no solo a ordenadores sino también a dispositivos portátiles como móviles y tabletas. Y la respuesta de alumnos y personal docente e investigador es buena. En contraste a las consultas registradas de libros impresos, más de 138.000 en 2013, se encuentra la descarga de documentos digitales, que supera los 326.000. «Casi hablamos que los usos son tres veces más digitales que analógicos. Los alumnos lo utilizan mucho. Al fin y al cabo es mucho más fácil descargar un artículo científico o un capítulo de un manual de texto, por ejemplo, que imprimirlo o fotocopiarlo de forma tradicional», recalcan desde la biblioteca.
«La ventaja de todo el portal digital de la biblioteca es que no tienes que andar buscando el libro en cuestión por las estanterías. Entras en la página web, indicas el título o el autor y en un segundo lo tienes. Me parece que está muy bien planteado porque así es mucho más fácil acceder a la información», sentencia la alumna de Educación Coral García.
Son los alumnos los primeros que cada nuevo curso engrosan el capital de textos de esa gran fuente de información científica que es el portal UCrea. La obligatoriedad de elaboración de los trabajos en formato digital viene derivada precisamente de este requisito. «A día de hoy este apartado contiene más de 2.500 trabajos científicos de personal investigador de la UC y más de 2.000 trabajos de alumnos. El objetivo es seguir creciendo en esa línea. Igual que en los servicios prestados y en la adaptabilidad de estos portales a los diferentes dispositivos portátiles. Los alumnos tienen que poder acceder desde un ordenador, una tableta o un móvil».