Cabuérniga protege sus pueblos

Cabuérniga protege sus pueblos

Establecer una especie de ‘tarjeta de identidad’ de todas y cada una de las edificaciones y explicar de forma pormenorizada qué actuaciones se pueden o no llevar a cabo en las mismas. Es el objetivo de Plan Especial de Protección de los Conjuntos Históricos de Renedo, Valle y Terán que ha llevado a cabo el Ayuntamiento de Cabuérniga, cuya aprobación definitiva se publicó este martes en el Boletín Oficial de Cantabria.

La buena nueva ha supuesto un suspiro de alivio para el alcalde de Cabuérniga, Gabriel Gómez, que explica que el Plan ha salido adelante después de «más de diez años de trámites burocráticos y trabas administrativas». Gómez asegura que la aprobación del mismo «va a suponer algo bueno para los vecinos y el Ayuntamiento, ya que éstos ya no tendrán que esperar meses para que se les conceda una licencia de obra». Hasta ahora, cuando los propietarios solicitaban una licencia al Ayuntamiento para ejecutar una actuación en su vivienda, «ésta tenía que pasar por la Consejería de Cultura y tardaban seis meses en contestar». Una respuesta que ahora llegará en «apenas quince días, porque el Ayuntamiento concede las licencias en base a este Plan sin que pasen por Cultura».

El Plan Especial de Protección regula qué pueden hacer o no los propietarios de las viviendas en sus viviendas con el fin de proteger el conjunto histórico y establecer unos criterios similares para todos. Tal y como reza, se trata de «reconocer los patrones formales que son característicos de las tipologías arquitectónicas de la casa montañesa en las edificaciones de los conjuntos históricos de Renedo, Terán y Valle, como la mejor forma de ayudar a que estos elementos queden debidamente protegidos y valorados en las intervenciones de rehabilitación y reforma que puedan ejecutarse sobre ellas».

El documento explica que «los propietarios, titulares de derechos reales y poseedores de bienes integrantes del Patrimonio Cultural de Cantabria, están obligados a conservarlos y protegerlos debidamente para asegurar su integridad y evitar su pérdida, destrucción o deterioro». Bajo esta premisa, el Plan Especial de estos pueblos contempla, por ejemplo, cómo deben ser los cierres de parcelas o el arbolado, o qué procedimiento seguir cuando uno de estos edificios se declara en ruina. Un plan que los vecinos tendrán que seguir a rajatabla, aunque el regidor asegura que hasta ahora «tampoco se han hecho barbaridades, ya que esta normativa la llevamos desarrollando durante años».

Las bases de esta especie de ‘catálogo’ establecen diferentes niveles de protección «para las edificaciones, agrupaciones y elementos urbanos, atendiendo a las características tipológicas de las mismas, su condición de elemento modelo, así como a su antigüedad y a la caracterización del ambiente urbano en que se encuentren situadas». Además, se consideran inadecuados «los elementos y construcciones discordantes y perjudiciales para el Conjunto Histórico y su entorno».

El Plan Especial de Protección no es otra cosa que una forma de conservar la idiosincrasia de estos pueblos y sus edificios, y evitar que pierdan su valor arquitectónico y cultural.

Vía El Diario Montañés