Hay algo en el ambiente del Patrimonio Cultural de Cantabria que huele a cambio, todavía no se puede palpar pero sí oler. El Patrimonio Cultural es un bien común que pertenece a toda la sociedad y no puede ser patrimonio de unos cuantos burócratas, la gestión debe cambiar y las políticas culturales deben abrirse paso.
Por fin parece que se va por ese camino y se están produciendo cambios, aunque sean superficiales y de forma y no se entre al meollo de la cuestión. Para muestra un botón:
El Gobierno de Cantabria acaba de modificar el reglamento de la comisión de Museos de Cantabria, aprobando un nuevo Decreto Decreto 45/2013, de 11 de julio que sustituye al anterior de 2002 Decreto 81/2002, de 11 de julio. Las coincidencias se dan pocas veces en nuestro campo, y aquí se da la paradoja de que ambos se aprueban un 11 de julio con una diferencia de 11 años.
El origen hay que buscarlo en la Ley 5/2001 de Museos de Cantabria, donde se crea la Comisión de Museos de Cantabria, según artículo 32, la cual se desarrolla en el mencionado Decreto 81/2002, que establece dicha Comisión como organo consultivo del Gobierno de Cantabria en las materias que sobre museos recoge la propia Ley, además de establecer la composición de la Comisión en 23 miembros.
Pues bien el nuevo Decreto 45/2013 «nace», según la versión oficialista, con el objetivo prioritario de agilizar la tramitación en plazo de procedimientos, ya que con la actual estructura de comisión permanente, comisiones delegadas y grupos de trabajo, no se está dando el servicio público eficientemente.
De otro lado, se ha estimado conveniente reconsiderar el régimen jurídico de la citada Comisión de modo que, a la vista de las competencias de la Ley de Museos, se definen sus funciones con mayor detalle, se explicita el régimen de funcionamiento y se prevé la creación de grupos de trabajo para el estudio de cuestiones concretas, en los que podrá participar personal externo. Por ello, se estima conveniente la elaboración de un nuevo texto normativo que sustituya al anterior Decreto 81/2002.
Insistimos son detalles, pequeños cambios que deben producirse de una manera continuada, sin pausa, y sólo el paso del tiempo y realizando una lectura con un cierta distancia nos dará el verdadero valor, y acierto o no, de la nueva dirección en la gestión de nuestro Patrimonio Cultural. Se necesitan nuevos gestos en este sentido que no tienen que hacerse esperar. ¿se avecinan nuevos tiempos para los Museos de Cantabria?